En el taller se introducirá una breve historia alternativa de la figura vampírica, desplazando al popular estereotipo de Drácula de Bram Stoker (1897) por la figura predecesora de Carmilla en la novela de Joseph Sheridan Le Fanu (1872) y otras representaciones menos conocidas en la literatura hasta el cine de nuestros días.
La necesidad de revisar la historia de la representación vampírica desde las perspectivas queer, trans y feministas, es una manera de descolonizar una figura de violencia que el vampiro impone, de repensar los roles de dominación/sumisión o agresor/víctima de tal manera, que nos permita asumir esa dualidad en nuestro propio cuerpo. Además, de reivindicar la figura que desde sus comienzos representó el deseo desde otras sexualidades, de revisar la noción de contagio, de morder a otrx, de comerse a otrx, y esa noción de límite, frontera o piel que la acompaña, tan presente en nuestros días. Así, reivindicar la figura de este monstruo es asumir tanto su poder como su vulnerabilidad.