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Hay cuerpos y cuerpos

Taller que busca revelar la violencia patriarcal desde la perspectiva de los cuerpos disidentes, concretamente desde los cuerpos gordos leidos como femeninos.

Las personas gordas leídas como mujeres somos objeto de un doble castigo, por mujeres y por malas mujeres. Nuestro cuerpo a menudo representa la desobediencia a los dictados de la mirada masculina. Sin embargo, el control de la sexualidad tiene sus propias reglas en el caso de los cuerpos gordos. Los cuerpos gordos femeninos no pueden existir, no valen, no sirven. Junto con las viejas y las tullidas, somos desexualizadas, no somos concebidas como sujetos deseantes, ni siquiera dignas de ser objetos deseables del patriarcado.

Nuestros cuerpos disidentes ocupan demasiado espacio para resultar femeninos y, sin embargo, a pesar de ser tan visibles, somos invisibilizadas constantemente. Esto no nos hace menos susceptibles de sufrir agresiones sexuales, a menudo parecemos un blanco más fácil al considerar que quizá nos sentiremos agradecidas por la atención que recibimos, que no tendremos el valor de contarlo, o que simplemente nadie nos creerá, al fin y al cabo, ¿quién va a querer agredir a una gorda?

 

 

 

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